Hay oportunidades de oportunidades. Unas son demasiado valiosas; una vez que aparecen es necesario hacer hasta lo imposible para aprovecharlas, agarrarse a ellas con firmeza, porque no se van a presentar todos los días. Hoy, la vinotinto vive uno de esos escenarios. Ubicada a sólo dos puntos del repechaje en la eliminatoria suramericana al Mundial, la selección nacional lo apuesta todo en el estadio José Antonio Anzoátegui de Puerto La Cruz frente al impredecible Perú, compromiso en el cual mantener con vida el sueño dependerá de la victoria. Un empate o una derrota le obligaría a pasar definitivamente la página de Suráfrica 2010 y comenzar a pensar en Brasil 2014. La selección nacional, impulsada por la motivación del punto que sumó el sábado frente a Chile en el estadio Monumental de Santiago (2-2), nada más piensa en ese triunfo obligatorio. Consciente de que no puede fallar, asume la necesidad de ser protagonista y hacer respetar su condición de local. Para ello César Farías, el técnico vinotinto, enviará a la cancha a un once inicial repleto de variantes. Unas obligados por las sanciones contra Giancarlo Maldonado y Tomás Rincón por tarjetas amarillas, otras para adaptarse a las necesidades de un encuentro muy diferente al del fin de semana. Hora de la ofensiva El guión de Venezuela ante Chile era resistir el asedio de los hombres de Marcelo Bielsa y capitalizar sus errores. El libreto cambia completamente frente a Perú. La selección deberá proponer, hacer el desgaste en busca del triunfo ante la tropa de José "Chemo" del Solar, así que vuelve a usar a dos delanteros puros con Nicolás "Miku" Fedor y Alejandro Moreno, escoltados por dos volantes de creación, Juan Arango acompañado por Luis Manuel Seijas o Ronald Vargas. La clave, sin embargo, será conservar la tranquilidad. No puede desesperarse si el gol tarda. La ansiedad es un enemigo peligroso.
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