lunes, 27 de julio de 2009

Rickey Henderson y Jim Rice ya son inmortales


Rickey Henderson y Jim Rice se pararon en el mismo nivel, como dos de los más grandes jugadores del beisbol de Grandes Ligas de todos los tiempos, cuando ayer fueron exaltados oficialmente al Salón de la Fama. En el Clark Sports Center, 50 miembros del Salón de la Fama le dieron la bienvenida a los nuevos inmortales del beisbol, dos jardineros izquierdos que deslumbraron en su paso por las mayores; uno por su velocidad (Henderson) y otro por su poder (Rice). "Esto es como cuando uno es recibido en el home luego de dar un jonrón para ganar un juego", comentó Rice, quien en su carrera tuvo promedio al bate de .298, con 382 cuadrangulares, 2.452 hits y 1.451 carreras remolcadas, en 16 temporadas en Grandes Ligas, todas con los Medias Rojas de Boston. Además, fue ganador del premio al Jugador Más Valioso en 1978 y participó en ocho Juegos de Estrellas. Por su parte, Henderson, quien se mostró muy contento y excitado, dijo: "Ahora formo parte de la clase de peloteros más grandiosos que han jugado en Grandes Ligas, eso me hace sentir muy feliz y orgulloso". Henderson es el rey de las bases robadas y de las carreras anotadas en la historia de las mayores, con 1.406 y 2.295, respectivamente. Además de ser el segundo con la mayor cantidad de bases por bolas recibidas, con 2.190. Su promedio de bateo de por vida fue de .279, en 25 campañas compartidas entre los Atléticos de Oakland, los Yanquis de Nueva York, los Azulejos de Toronto, los Padres de San Diego, los Angelinos de Los Ángeles, los Mets de Nueva York, los Marineros de Seattle, los Medias Rojas de Boston, los Dodgers de Los Ángeles. "Cuando ustedes piensen en mí quiero que lo hagan como ese pequeño chico de la calle que entregó todo su corazón en este juego", dijo Henderson.

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