Cocodrilos de Caracas dejó la escena servida para que la definición del título de la temporada 2009 de la LPB sea en el séptimo partido de la final, es decir, en el límite máximo de la final. De la mano de un Carl Elliot incisivo al ataque y asfixiante en defensa, con la precisión de un reloj suizo y el acompañamiento de un Luis Bethelmy encendido en el último cuarto, el elenco saurio superó anoche 92-80 a Marinos de Anzoátegui, para igualar la instancia decisiva y forzar el encuentro decisivo hoy, en el parque Naciones Unidas. Cocodrilos demostró oficio y compostura en la cancha, para sacar una victoria que le pone a las puertas de revalidar su corona. Mientras, Marinos hará lo suyo para evitarlo y quedarse con el campeonato. Elliot tuvo el balance necesario entre el juego de media cancha y la carrera, para erigirse como figura. Marinos nunca tuvo a un jugador capaz de frenarlo. De hecho, terminó con 24 puntos y su aporte defensivo fue también brillante, con siete bolas ganadas y cuatro rebotes. Bethelmy, por su parte, consiguió 11 de sus últimas 18 dianas en el último lapso. El elenco local inició el juego con una racha de 9-0, ante un conjunto visitante que, sorprendentemente, dejó fuera del roster al alero Mauricio Aguiar y lo reemplazó por el escolta dominicano Luis Flores. Fue una decisión que el Acorazado pagó caro, porque Flores sólo aportó ocho puntos y nunca entró en ritmo. De hecho, apenas jugó 15 minutos en todo el partido.
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